domingo, 10 de enero de 2010
ASÍ FUE MI 2009 CINEMATOGRÁFICO
Aunque un poco tarde, he repasado de un tirón el cine de 2009 que vi. Echando mano de Filmaffinity (y su bendita herramienta para ordenar las películas por año) me ha sido sencillo recopilar los datos y hacerme la idea de cómo fue mi relación con el séptimo arte el año pasado. A grandes rasgos puedo sacar una gran conclusión: vi mucho menos cine que en años anteriores. Parece que las series le ganaron mucho terreno, sobre todo porque había muchas en las que quería ponerme al día.
Otra conclusión que puedo sacar es que fui poco a las salas. La mayor razón es porque en Palma hay poquitos cines que proyecten las cintas en versión original y hay películas que no quiero ver dobladas. Tenemos un Renoir de cuatro salas (dos tan pequeñas que me niego en rotundo a pagar por alguna de ellas) en el que insisten demasiado con el cine español y sudamericano, un Cinesa que se digna a tener alguna copia de grandes blockbusters en el idioma original subtitulado y otro cine que también dedica alguna sala a ellos. Los dos últimos claros reflejos de la influencia que tiene el turismo.
A todo lo anterior habría que añadir que llegan muchos menos títulos que en Barcelona (o Madrid) y que tampoco hay ninguna filmoteca. Así que las buenas costumbres adquiridas en la ciudad condal han quedado un poco aparcadas. Ahora mismo hay dos motivos para ir a una sala de cine: o que hagan una película que quiero ver (y sea en v.o.) o que vaya con los amigos, en cuyo caso el film en cuestión me importa un bledo. En el segundo supuesto he visto engendros como Transformers: Revenge of the Fallen, Underworld: Rise of the Lycans o Terminator Salvation, y buenas pelis palomiteras como The Last House on the Left, X-Men Origins: Wolverine o Star Trek.
En la primera parte del año tocó empaparse de todas las producciones con opciones en los Oscar. Me gustaron especialmente Revolutionary Road, Milk, The Curious Case of Benjamin Button y Gran Torino. Me decepcionó Slumdog Millionaire cuando la vi en el cine por segunda vez. Salvando la primera parte de la película, el resto me pareció un pastelón imposible que me amargó el sabor de boca que me había dejado el primer visionado. A otra como State of Play le estaré agradecido por hacerme descubrir la magnífica miniserie británica en la que está basada.
En la época del verano llegó otra tanda de cine. Me aburrí con District 9, a la que parece que no consigo verle lo mismo que la mayoría de espectadores. Me reí a ratos con el humor de Brüno. Me lo pasé bomba con Drag Me to hell. Disfruté de ver Public Enemies, que me parece un peliculón en toda regla. Me estrené con el 3D con Up. Y lo peor fue el momento de la decepción con la sexta entrega de Harry Potter. ¡Qué manera de joder el mejor libro de la saga! Por suerte el verano pasa y deja paso a los últimos meses del año. Avatar me ofreció lo que esperaba: espectáculo. Yo soy de los espectadores a los que lo último de Cameron les ha dejado fríos.
Como podéis ver, me he prodigado poco por las salas en los últimos meses. Algo que tiene fácil solución si uno hace uso de la red. Cómodamente en mi casa he visto películas ligeras que me han gustado como Zombieland, Frequently Asked Questions about Time Travel, The Damned United, I Love You, Man o Extract. Por mi ordenador han pasado deliciosas comedias como (500) Days of Summer, Adventureland e In the Loop. Pero también decepciones como la cita anual con Woody Allen, Whatever Works, y el estreno en la dirección de Ricky Gervais, The Invention of Lying.
Merece especial atención el vacío de cine español, europeo (sin contar Reino Unido) y asiático que he tenido este año. Cuando he mirado la lista de Filmaffinity me he asombrado. No es habitual que sólo haya visto un producto patrio y otro italiano. Ya está. Esto es todo. En julio (o agosto) fui al preestreno de Pranzo di ferragosto, una pequeña comedia entretenida y con algunos momentos realmente entrañables. Y la española ha sido Celda 211, de la que no comparto el entusiasmo generalizado que ha creado. Si ésto es todo lo mejor que puede hacerlo el cine español apaga y vámonos. Y eso que es una buena película.
Para el final me dejo las películas que más me han gustado:
Watchmen. La mejor adaptación que se podía hacer del cómic de Alan Moore y Dave Gibbons. Era imposible mejorar la obra original y era imposible realizar una mejor película basada en ella.
Funny People. Ya comenté hace poco en el blog lo que pensaba de este film y no tengo nada más que añadir.
Inglorious Basterds. Tarantino se luce con un guión increíble de largas secuencias. El personaje de Hans Landa es el mejor del año.
The Hangover. Una comedia de las grandes, con un guión muy elaborado. Me desojoné de principio a fin.
The Wrestler. Una muy bonita historia, muy bien contada, de un luchador en decadencia.
Para el 2010 queda un propósito: ver más cine. Ir más al cine.
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