Al fin conocí la segunda generación de Skins, y tal y como sucedió con la segunda temporada atravesé momentos de duda. Pero lo maravilloso de esta serie es la capacidad que tiene de hacerme olvidar aquello que no me gusta de ella y echarla de menos al minuto de haberla terminado. Afortunadamente para mí regresa en breve - el 28 de enero - para cerrar las peripecias de esta segunda generación de adolescentes de Bristol.
Para la tercera temporada, los guionistas hicieron tabula rasa y de los personajes anteriores sólo quedó Effy, la hermana pequeña de Tony. Precisamente en torno a ella gira la trama principal, consistente en una triángulo amoroso con los dos protagonistas masculinos: Freddie y Cook. El gran acierto de esta temporada reside en la equilibrada mezcla de tonos entre el desfase de la primera y el dramatismo de la segunda. Así pues, tienen cabida las fiestas, la droga y el sexo y a la vez los conflictos interiores de unos personajes con dudas o torturados.
Si en la anterior entrega de Skins el personaje de Sketch me tiró atrás, en esta ocasión la oveja negra del elenco ha sido Thomas. Su historia es la más floja de todas y con ella cruzan la línea de lo intolerablemente inverosímil. Aún así, en su capítulo se cierra la subtrama del mafioso que también se encontraba en el límite de esa línea, y eso es de agradecer. Por suerte la serie retoma el rumbo y encadena una serie de capítulos muy buenos en los que destacan los de Freddie, Naomi y JJ. Poco a poco los personajes se hicieron con un hueco en mi corazón gracias a la profundidad que adquieren con sus contradicciones internas.
En la nueva generación los adultos siguen siendo casos perdidos, desde los profesores del instituto hasta los padres de los chicos. La madre de Naomi que ha convertido su casa en una comuna hippie, el padre de Freddie obsesionado con su hija, el padre de las gemelas Katie y Emily que es un loco del gimnasio, el padre de Cook es un perdedor en toda regla, la madre de Pandora una remilgada con doble vida, etc. En estos ambientes crecen los adolescentes de Skins.
Para la cuarta temporada cabe esperar un estilo similar a la tercera. No creo que se dé otra vez un giro tan radical hacia el drama como en la segunda. Veremos si se resuelven las incógnitas que quedaron en el aire en el final de temporada: ¿con quién terminará Effy? ¿se reconciliarán Cook y Freddie? ¿qué pasará con Naomi y Emily? Las respuestas llegarán pronto.