The Good Wife se ha ido consolidando poco a poco como el mejor estreno de esta temporada televisiva y con el noveno capítulo, Threesome, se ha convertido en una de las mejores series en antena. Sin hacer mucho ruido, la serie producida por Ridley y Tony Scott ha ocupado un lugar sólido en la parrilla.
Mientras otros estrenos se hunden bajo un fuerte marketing y un uso de elementos efectistas hasta la saciedad (Flash Forward o el remake de V), The Good Wife destaca por su sobriedad. Su éxito se sustenta en algunos pilares fundamentales que muchos guionistas acostumbran a olvidar demasiado a menudo: una protagonista fuerte, unos secundarios redondos, una estructura sencilla y efectiva, una buena trama principal que transcurre sin grandes sobresaltos y unas tramas secundarias muy interesantes. No descubren ninguna novedad, pero sí que podría ser un redescubrimiento para los mandamases más preocupados en producir fenómenos antes que buenos productos.
Julianna Margulies da vida a Alicia Florrick, esposa de un fiscal de distrito condenado por irregularidades y envuelto en un escándalo sexual. Alicia debe mudarse con sus dos hijos, retomar su carrera de abogada y depender de la ayuda de su suegra para salir adelante. Además tiene que lidiar con el escarnio público de los escándalos de su marido preso y en el trabajo debe competir con un joven ambicioso por un puesto fijo en la firma. Pese a toda esta situación, consigue subsistir con mucha entereza.
La estructura de The Good Wife es de procedimental, un caso distinto en cada capítulo que queda resuelto, pero con una línea argumental continua a lo largo de los episodios: el juicio de apelación del marido de Alicia. Esta trama se entremezcla con la familiar y con los tejemanejes del bufete de abogados. Es en este aspecto en el que con Threesome la serie alcanza su cenit hasta el momento. La llegada del tercer socio de la firma, protagonista del caso de la semana, y el desarrollo del escándalo sexual de Peter Florrick han dado un gran impulso a la serie.
Quién iba a decir este verano que un procedimental de abogados iba a ser la gran revelación de la temporada, y uno de los pocos (o el único) drama en salvarse de la criba de calidad de los estrenos.
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Prácticamente he coincidido en el tiempo con un post maravilloso de Antara Adachi sobre la serie. No dejéis de visitarlo: The Good Writers.