Wes Anderson
En su momento ya comenté la película en este post, y no añadiría nada más. Ésto es lo que escribí:
Vaya por delante que soy un acérrimo admirador del humor de Wes Anderson. Me encantan todas sus anteriores películas, todas tan especiales: Bottle Rocket, Rushmore, The Royal Tenebaums, The Life Aquatic y The Darjeeling Limited. No hay ninguna con la que no me haya reído a carcajadas, ni tampoco hay ninguna que pueda ser considerada una obra maestra. Pero con Fantastic Mr. Fox siento que el nivel ha bajado y lo achaco a la ausencia de personajes de carne y hueso. El humor de Anderson funciona mejor con la expresión de los rostros sus actores. Y más si sus habituales son gente como Anjelica Huston, Bill Murray, Owen Wilson oJason Schwartzmann. Esta sensación de añoranza de los rostros es agravada cuando uno reconoce las voces de George Clooney, Jason Schwartzmann, Bill Murray, etc. y mentalmente se imagina su expresión en el momento de recitar los diálogos.
De todas maneras, conseguí divertirme con la película todo lo que pude. El original estilo de animación, una historia entretenida y unos personajes graciosos son suficiente motivo para verla. Pero eso no quita que sea la película más floja de su director y espero que no repita con una película animada. Tal vez habría sido un proyecto más adecuado para el equipo que forman Peter Lord, Nick Park y sus muñecos de plastilina, autores de esas maravillas que son Chicken Run o los cortos de Wallace and Gromit.
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Ron Clements / John Musker
El último producto de Disney es un regreso al estilo de sus clásicos de los 80 y 90. También la historia tiene la misma estructura, los mismos personajes y los mismos mensajes que podría tener cualquier otra película de la factoría elegida al azar. En realidad no es ningún motivo de queja porque uno ya sabe lo que va a ver. Si te gusta Disney la disfrutarás y si no te gusta paciencia, ¿qué esperabas? Yo me incluyo en el segundo grupo, y de hecho hacía mucho tiempo que no veía ninguna película suya. No sé si es mejor que El emperador y sus locuras, Hércules, Lilo and Stich o Tarzán, pero a juzgar por las críticas que ha recibido parece ser que sí, que han recuperado la "gloria perdida".
Y si Estados Unidos tiene un presidente negro, Disney no puede quedarse atrás y su protagonista tiene que ser afroamericana por primera vez (pero tampoco nos pasemos con el color, hagámosla más mulatilla que otra cosa y por si las moscas que se pase dos terceras partes de la peli convertida en rana). Para que después se diga que están anticuados. Pero sin duda lo más bizarro es la mezcla entre la cultura de magia negra y voodoo de Nueva Orleans, donde transcurre la acción, y el imaginario de los cuentos de hadas, príncipes convertidos en sapo y princesas. Sinceramente, menudo mejunje. Aún así me entretuve, porque en el fondo es una buena película, y no fue ninguna tortura verla.
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Henry Selick
Esta película tiene un aire a Tim Burton en el diseño de personajes y en la oscuridad de su historia. En parte es inevitable porque su director, Henry Selick, también dirigió Pesadilla antes de Navidad (y James y el melocotón gigante). Sinónimo de calidad. Por si no fuera suficiente, Coraline es una adaptación de un libro homónimo de Neil Gaiman, uno de los escritores de fantasía y ciencia-ficción más reputados en la actualidad. Y cumple con las expectativas.
La historia, protagonizada por una niña falta de la atención de sus padres, me recuerda a Alicia en el país de las maravillas o a El viaje de Chihiro y es bonita, aunque queda a medio camino entre lo infantil y lo adulto. El guión es sólido y con una estructura de manual. La animación también es fantástica. Me atrevería a decir que de las cinco nominadas es la más completa y la más redonda (incluso por encima de Up), pero ha tenido la mala suerte de estrenarse el mismo año que la producción de Pixar que más bombo y éxito está cosechando.
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Tomm Moore
Me he reservado para el final la gran sorpresa de estas nominaciones. Esta modesta coproducción europea (principalmente irlandesa) ha dejado fuera a películas como Cloudy with a Chance of Meatballs, Monsters vs. Aliens o Ponyo. Y eso que cuenta con un guión muy torpe y de final abrupto, pero The Secret of Kells es, sencillamente, una maravilla. Ambientada en una abadía celta del siglo IX que se protege ante la inminente llegada de los vikingos, la historia se centra en el sobrino del abad, su aprendizaje del arte del dibujo de miniaturas y su descubrimiento de la mística.
Lo más destacable del film son sus preciosas composiciones de color, la música tremendamente emotiva y las secuencias en las que el joven protagonista se adentra en el bosque o en la que el espíritu del bosque saca al niño de su celda. De las cinco nominadas es la que me emocionó más a pesar de sus irregularidades, y la que disfruté más. Todo ello se lo ganó la propia película, ya que la inicié con reservas y tardé en entrar en ella. Es por eso que si yo fuera académico daría mi voto a The Secret of Kells. Y aprovecho para recomendarla, porque es otro tipo de film de animación que escapa de las premisas de las super producciones de Pixar, Disney o Dreamworks.
*También dejo un link a la maravillosa banda sonora en Spotify. Especialmente esta canción.
Mañana Up.
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