Ayer ya comenté que posiblemente los dos Oscar con menos emoción de la ceremonia del próximo 7 de marzo sean los de actor y actriz secundarios. Ahora bien, si en la categoría de las féminas para mí el nivel era bastante igualado y creo que no sobresalía ninguna interpretación por encima del resto, en la de los actores hay que rendirse a los pies de Christoph Waltz.
Y a los pies de Tarantino, a quien el actor austríaco debe agradecerle eternamente que le brindara el fantástico personaje de Hans Landa, el astuto y despiadado coronel de las SS que se dedica a cazar judíos en Inglorious Basterds. Waltz también debería agradecerle al guionista y director esas largas escenas dialogadas en las que Landa lleva el peso de la conversación y domina a sus interlocutores, desde el miedo que produce en ellos. El actor está súblime y es el máximo favorito con toda justicia en su primera nominación el los Oscar.
El brillo de Hans Landa no debería ocultarnos a otros de los nominados que han realizado un excelente trabajo. Por ejemplo Matt Damon, interpretando al capitán de la selección surafricana de Rugby François Pienaar en Invictus. Pienaar conduce a su equipo a la victoria en el mundial de 1995 gracias a la inspiración del presidente Nelson Mandela en una película muy emotiva de Clint Eastwood. Damon ganó el Oscar al mejor guión en 1998 por El indomable Will Hunting, para la que también fue nominado a mejor actor protagonista. Más de diez años más tarde repite gracias a dar vida en la pantalla a un personaje real conocido, algo que suele gustar mucho en Hollywood, como queda demostrado en otro de los nominados com actor secundario este año: Christopher Plummer. El veterano actor canadiense interpreta al escritor ruso Leon Tolstoy en The Last Station, un trabajo que le ha valido su primera nominación a los Oscar y del que no puedo opinar porque no he visto la película.
Otro actor que, al igual que Matt Damon, ha recibido una nominación tras mucho tiempo es Woody Harrelson, que ya fue candidato a mejor actor por El escándalo de Larry Flint en 1997 y que este año lo es como secundario con The Messenger, un film que con su realización favorece el lucimiento de sus actores. No hubiese sido extraño que nominasen también a Ben Foster o Samantha Morton, que llegan a compartir un plano secuencia de 12 minutos con cámara estática en una cocina de pequeñas dimensiones. Tanto ellos dos como Harrelson están fenomenales en la película, por lo que me tomo esta nominación como un reconocimiento al trabajo de los tres.
La candidatura más floja de las cinco me parece que es la de Stanley Tucci por The Lovely Bones. Su interpretación de un asesino en serie de niñas la encontré más bien poco interesante y construida a partir de clichés y elementos vistos una y otra vez en el cine anteriormente. No sé si también me influye que la película, dirigida por Peter Jackson, me aburriese y se me atragantase con su empalagoso tono y estilo visual. Aún así, me alegro por Tucci ya que es uno de los grandes actores secundarios actualmente en Hollywood y ésta es su primera nominación a los Oscar.
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En el post siguiente, otras dos candidatas a mejor película: Up in the Air e Inglorious Basterds.
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