jueves, 16 de septiembre de 2010

RESUMEN ESTIVAL (1ª PARTE): SERIES

Han pasado dos meses desde mi última entrada, demasiado tiempo. Pero como la próxima semana empiezan las nuevas temporadas del grueso de series que sigo creo que es un buen momento para recuperar la actividad en el blog, y la mejor manera de hacerlo es con un breve resumen de lo que he visto este verano.

En las series de televisión he combinado las que veo al día y se emiten en verano con otras que tenía pendientes. Como siempre, dos son los países que suministran mi parrilla: Estados Unidos y Gran Bretaña. Este verano ha sido especialmente productivo en las islas, con la habitual ventaja de la brevedad de sus temporadas. He disfrutado de manera especial con dos dramas que ya tienen confirmado su regreso en 2011: la puesta al día de Sherlock y las aventuras del torturado policía Luther, ambas sustentadas en unos personajes que encandilan y unas interpretaciones soberbias. En la parte de comedia, The IT Crowd nos enseñó su temporada más floja con un capítulo final completamente insípido (pero tampoco faltaron momentos geniales, como el incendio de Seaworld) y se estrenó Mongrels, una nueva producción a la que dediqué mi último post y cuya única pega es que todavía no han salido los subtítulos d elos últimos tres capítulos. Tras ver los cinco primeros confirmo las buenas impresiones que me dejaron los dos iniciales.

Ambientada en la Inglaterra medieval, este verano se ha emitido The Pillars of Earth, que me enganchó desde el comienzo a pesar de lo acelerado de las tramas. Sin ser una obra maestra, esta adaptación de la novela de Ken Follett es muy entretenida. Podría hacer la misma afirmación de True Blood, que concluyó su tercera temporada el pasado domingo: entretenida y poco más. Y en los últimos 3 o 4 capítulos tal vez ni eso. Comenzó la temporada acumulando excesos uno tras otro y poco a poco fue bajando el tono y se fue diluyendo en sus insustanciales tramas secundarias.

Para mí este verano fue extraño, en lo que a series se refiere, porque terminé de ver The Sopranos, seguramente una de las mejores series habidas y por haber. Era difícil rellenar el hueco dejado por estos mafiosos tras una maratón de unos cuantos meses y David Simon vino al rescate. Cuando se emitió Treme me la reservé para ver sus diez capítulos del tirón, creo que de manera acertada. Han vuelto a conseguir lo mismo que en The Wire: hacer viajar al espectador a una ciudad y sentirla como si fuese la realidad (en este caso Nueva Orleans después del Katrina), lo mismo con sus personajes. Si fuese por mí no habría segunda temporada de lo bien cerrada que queda la serie.

También acabé de ver la primera temporada de Bored to Death, que tiene algún capítulo hilarante y otros más normalitos pero que compensa ponerse con ella. Aunque sólo sea para ver a Ted Danson. Y otra serie con la que he avanzado bastante es Entourage. La empecé a la vez que The Sopranos y mi idea era ir combinando las dos, pero pronto dejé de lado a Vincent Chase y su séquito. Al final la he recuperado y ya voy por la sexta temporada (aún sin comenzar) aunque he decidido darle un descanso porque se me empezaba a hacer repetitiva.  

Los lunes son el día de la AMC. Por un lado Mad Men, cuya cuarta temporada supera a sus predecesoras, por difícil que sea. Es tan completa y perfecta que no me extraña que gane una y otra vez en los Emmy porque no hay ninguna otra que le haga sombra actualmente. Rubicon, la tercera ficción producida por esta cadena americana, empezó en agosto y con su ritmo pausado va avanzando capítulo a capítulo y a mí me tiene ganado. Es un thriller político-conspiranoico muy estimulante.  

Para acabar, no puedo obviar el regreso de Futurama, una serie de la que nunca llegué a enamorarme pero que ciertamente tiene algunos capítulos que alcanzan la genialidad. Sin duda el de The Prisoner of Benda es de lo mejorcito del verano y se lo recomiendo a todo el mundo, tanto si les gusta la serie como si no.
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